28 diciembre 2013

GRAVITY, EL ARTE CINEMATOGRÁFICO


                Ha tenido que ser a última hora, de refilón y casi sin esperanzas cuando por fin he podido encontrar un hueco para ir a ver lo nuevo de Alfonso Cuarón, una cinta que tenía marcada en rojo en mi agenda pero con la que he jugado al desencuentro. Hasta hoy, bendito día.


                Al igual que hacen los guionistas de la cinta entremos sin mucho prolegómeno en la reseña de esta obra. Es Gravity seguramente una de las películas más importantes no solo de este año sino de la última década. Un Cuarón en estado de gracia abre nuevas vías a la narrativa cinematográfica, al uso del 3D, a la ciencia ficción y a todo cuando alcanza su visión. Y es que Gravity, la sencilla pero espeluznante historia de una astronauta a la deriva en el espacio, se convierte en algo más que una película, se convierte en una experiencia que te corta la respiración, que te emociona, que te obliga a abrir los ojos como platos ante la magnificencia de las imágenes que el mexicano compone en pantalla.  Su virtuosismo y su ojo artístico sumergen al espectador en una de las atmosferas fílmicas más envolventes de la historia del séptimo arte. 

Construida sobre la férrea actuación de una improbable Sandra Bullock y el carisma arrollador del personaje de George Clooney, Cuarón deja volar su imaginación y se rodea del mejor equipo técnico para demostrar que el negocio de lo tridimensional tiene futuro y, lo que es más importante, tiene una razón de ser. Y eso que servidor de ustedes es un feroz enemigo del suplemento, las gafitas y la chiripitiflaútica conversión. Pero este director convierte el agua en vino y el ardid publicitario en puro arte y razón de ser. Nunca jamás la imagen tridimensional alcanzó el estatus de arte hasta que Gravity llegó, haciendo inconcebible disfrutar de la misma película sin las gafas de marras y la sensación penetrante de estar formando parte de la acción, sufriendo con su protagonsita, asfixiándote, perdiendo el horizonte y esquivando la metralla interestelar. Pero no es 3D todo lo que reluce. Unos efectos especiales apabullantes que recrean el agobiante espacio exterior tan solo sirven de marco para un montaje atrevido y una planificación de planos arriesgada y valiente convirtiendo cada secuencia de la película no solo en un tour de forcé narrativo que te atrapa y te sacude sino también en una belleza plástica que te embelesa y fascina incluso en sus más desgarradores e inquietantes momentos. Podemos afirmar sin duda que hay más cine encerrado en una sola secuencia de Gravity que en la mayoría de las cintas que llegan a estrenarse cada año.
Es Gravity, sin más, uno de los títulos más potentes de 2013, un hito en el cine de ciencia ficción, una revolución técnica, un ejercicio de estilo abrumador pero, por encima de todo, la confirmación del talento, el virtuosismo y el futuro que atesora Alfonso Cuarón.

1 comentario:

  1. Ganazas de verla , aunque va a tener que ser en 2d y en dvd o bd , aquí en Madrid no duro demasiado en cartelera que digamos

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