POSESIÓN INFERNAL: ESCALOFRIOS DE CALIDAD

     No hay duda de qué Sam Raimi le debe toda su carrera cinematográfica a aquel maravilloso atrevimiento juvenil que fue Evil Dead. Que el propio Raimi se ha pasado la vida deseando llevar a buen puerto un remake de su ópera prima es uno de esos secretos a voces que se escuchan en la industria desde hace años. El mismo director, asombrado por el éxito que supuso la primera Posesión Infernal, trato de rehacer la película en Terroríficamente Muertos (traducción literal de Evil Dead 2: Dead by Dawn) aunque lejos del remake lo que hizo fue llevar la franquicia en una dirección distinta.

     Ahora por fin se cumple ese viejo sueño del autor de Spider-Man. De la mano del debutante Fede Álvarez nos llega Posesión Infernal. Sin Raimi y sin el legendario Bruce Campbell. Y el resultado no podía ser más satisfactorio.

     El director (también guionista junto a la oscarizada Diablo Cody) se embarca en un proyecto peliagudo, rehacer un clásico reverenciado consiguiendo ser atractivo para los neófitos en la saga y que contente a esa peligrosa masa que solemos ser los fans. Lo consigue a base de buen hacer, con un talento con la cámara lejos de los tics y manías de los jovencitos que juegan a auteur, con una fotografía excepcional, con unos actores que lo dan todo en pantalla y sobre todo sabiendo ser fiel a la película original sin que esta fidelidad lastre su impronta creativa. Porque Alvarez no pretende reinventar la rueda y sabe que Evil Dead no es más (ni menos tampoco) que una historia de jovencitos que van a pasar un fin de semana en una cabaña en el bosque y de pronto se ven envueltos en una terrible masacre sobrenatural. Pero aun partiendo de esa tópica premisa el director se permite ahondar en los personajes y darles algo más de profundidad de lo que vimos en la película original, un par de matices aquí y allá que nos permita entender sus motivaciones y sus relaciones pero sin renunciar en ningún momento ni dejar en segundo plano el plato principal, el terrorífico festival gore que todos esperamos. Y es que resulta difícil recordar una cinta estrenada en salas comerciales tan salvajemente explicita, tan excesiva y sangrienta. Porque Posesión Infernal sabe mostrar en pantalla algunas de las secuencias gore que quedarán para el recuerdo del aficionado al género y todo ello apoyándose en los tan demandados efectos especiales de toda la vida, látex, maquillaje y sangre falsa para ponernos los pelos de punta. Con la automutilación por bandera asistimos a una pesadilla sanguinolenta que se desbordará en un absolutamente magistral y delirante clímax que bien se merece mi aplauso y mi ovación.

    

     Pero creo que si alguien va a disfrutar de la película son los fans de la original. El director no escatima en guiños, homenajes, incluso movimientos de cámara aquí y allá que a los más viejos del lugar nos harán asomar la sonrisa. Todo ello concluirá con unos maravillosos créditos finales tras los cuales hay una sorpresa que ningún fan de la saga debería perderse así que avisados quedáis, no abandonéis la sala hasta que hayan acabado los créditos.

     Posesión Infernal no ha venido a revolucionar ni reinventar el género. Ha venido para reivindicarlo de forma honesta y contundente. A recordarnos que cuando se pone esfuerzo y amor en el trabajo las viejas fórmulas pueden crear nuevas pesadillas.