CRITICA: "MAMÁ" DEL CUENTO GÓTICO AL BOSTEZO DIGITAL

     

     Vivimos en un mundo habitado por dos Guillermo Del Toro, el Del Toro director y su gemelo malvado, el Del Toro Productor. Mientras que el primero nos ha regalado algunas de las películas más memorables de los últimos tiempos (sirva de ejemplo esa maravilla llamada El Laberinto del Fauno) el gemelo productor nos ha lanzado a la cara ridiculeces como No tengas miedo a la oscuridad (de la que despotricaremos otro día).

     Hoy, aunque temeroso, me he arriesgado a meterme en la sala y dejarme asustar por la nueva producción de Don Guillermo. Y vaya si he pasado miedo. A dormirme.

     Mamá comienza con un lapidario "Érase una vez" que deja claro su objetivo, convertirse en el nuevo estandarte de ese sub-género conocido como cuento gótico de terror. Sin embargo más allá de retorcidos parajes y sombras acechantes la película se convierte en una rutinaria muesca más en el largo listado de "familia que se muda a una nueva casa en nueva Inglaterra, los hojas de los árboles cambian de color bajo los meláncolicos acordes de un lánguido piano y de pronto los niños empiezan a protagonizar hechos fantasmagoricos malrrolleros". Y no de las buenas, ni las originales ni de las transgresoras. Hablo de las aburridas más cercanas a un video educativo de los servicios sociales que a una entretenida y terrorifica película de miedo. Sí, estoy pensando en la plomiza Exorcismo en Connecticut.

     Pero entremos de lleno en la película. Comienza con un padre de familia normal y corriente, de esos de traje y corbata y cariño-ya-estoy-en-casa que, según nos cuentan a través de una emisora de radio ha matado a sus compañeros de trabajo y a su mujer. El padre tras la matanza regresa a su casa, coge a sus dos hijas pequeña y se da a la fuga. ¿Cabreados por los spoilers? Tranquilos, todo este estrambótico prólogo no tiene nada, absolutamente nada que ver con la trama de la película. Al guionista (y director) no se le ocurrió mejor manera de colocar a las niñas en una cabaña en el bosque. Pero no nos desviemos. El padre huye a toda velocidad sobre la nevada carretera, las niñas están asustadas, el padre histérico, el coche patina (aunque están en mitad de un nevado invierno el coche no tiene cadenas, eso es de cobardes) y se despeñan por la ladera. Salen del coche y unos metros más adelante encuentran la cabaña más truculenta de la historia de las cabañas truculentas (incluso la de posesión infernal era acogedora). En esas que el padre, ayudado por el sistema de altavoces 5.1 y el control de volumen, rompe una silla de forma que la audiencia grita y salta en la butaca asustada. No hay motivo para pasar miedo, nada fantasmagórico ni terrorifico ha pasado en la historia. Pero te meten este truco gratuito y ya sabes qué tipo de película va a ser. ¿Me estoy enrollando? Os cuento por qué. Resulta que las niñas se quedan solas en casa, aparece un bicho digital horrible (por el acabado técnico, por el diseño) que les da una cereza para comer y comienzan unos maravillosos créditos iniciales. Más piano y dibujos infantiles de esos escalofriantes tan de moda. Acaban los créditos y han pasado 5 años en los que el tío de las niñas las ha estado buscando infructuosamente, pagando de su bolsillo a un par de viejos sabuesos que se conocen bien esos bosques. La gracia es que en 5 años a nadie se le ha ocurrido pensar "vaya, el coche del fugitivo se ha salido de la carretera en este punto, aquí hay unas huellas y..mira, 20 metros más adelante hay una cabaña, miremos por si acaso". No señor. No en esta película

     Pero en fin, las niñas son encontradas, completamente asalvajadas y los servicios sociales se las llevan unos meses para intentar rehabilitarlas. Su tío Luke de momento no puede tener la custodia porque es un dibujante (puajj) y su novia es heavy (puajj +2) y ningún jurado del mundo dejaría que ese señor que ha empeñado 5 años y todos sus ahorros en encontrar a sus sobrinas se las quede. Finalmente el psiquiatra de las niñas decide que se la queden ellos porque a él le viene mejor porque así tiene que coger menos autobuses y transbordos para ir a visitar a las crías (y con el precio del metro últimamente es un motivo de peso) ¿Y como metemos el cliché de la familia que se muda a Nueva Inglaterra y comienzan a desatarse las chungueces? Pues resulta que el psiquiatra tiene una casa maravillosa para dejarsela gratuita a pacientes con los que experimentar. En fin, que se mudan y ya por fin empieza la película. Una casa solitaria con dos niñas que quizás han traído algo sobrenatural con ellas.

     

     Ese quizás sobra ciertamente ya que el director opta desde un primer momento por mostrar a las claras a Mamá, no hay un crescendo de tensión en la película, no hay un miedo a lo desconocido. Se muestra desde el principio al monstruo digital (demasiado digital) y piensas que tal vez el director haya elegido un enfoque distinto al habitual para narrar su historia (como ya se hizo en The Host donde muestran al monstruo al principio y a plena luz). Pero curiosamente el director recula y convierte la película en una sucesión de escenas típicas-tópicas de "creo que la niña habla con alguien" "creo que hay algo en el armario" que lógicamente ya no puede interesarte ni intrigarte porque ya sabes lo que hay, ya sabes cómo es.

     Por lo demás, la película ofrece poco más, sustos baratos, poco efectivos, mal repartidos y peor ejecutados, escenas copiadas y mil veces vistas a poco que hayas visto más de dos películas de terror y por encima de todo muchísimos minutos dedicados al concepto de familia desestructurada, adopción y  familia que no hacen más que ralentizar la historia y aburrir al espectador ávido de emociones. Los personajes no  dejan de ser estereotipos del género, al principio desconfían, luego confirman sus sospechas sobrenaturales y empiezan a cometer estupideces para hacer avanzar el guión (por ejemplo, siempre que hay que ir a la cabaña sabiendo que hay un monstruo, siempre, siempre van por la noche). Mención especial merece uno de los secundarios. Como en toda película de fantasmas sabemos que es necesaria esa escena de "buscaré exorcismo en google y me pondré en contacto con un profesional" que es el que explica la trama cuando aparece. Aquí ese personaje es una funcionaria poco aseada que parece que trabaja en el almacén de En busca del arca perdida. Aparece casi de la nada para dar la clave de la historia al poco tiempo de comenzar la película y librarnos del peso de tener que vivir angustiados por si nos atacan con algún giro de guión inesperado. Aquí no se gasta de eso.  Desde el principio sabemos qué historia es, qué busca cada personaje, qué persigue el fantasma y qué va a conseguir. El desenlace está más cerca del final de un cuento casposo que del climax que se merecería una historia así. Prestad especial atención a la decisión que toman los protagonistas sobre la marcha en la escena final, no solo la toman sino que se quedan tan anchos.

     En resumen, una historia plana, lineal, insulsa, rancia que no aporta nada más allá de un final que me ha hecho desear ver diez minutos más de la vida de esos personajes para ver cómo explican a las autoridades lo que ha pasado.  Las dos niñas interpretan sus personajes con intensidad y muchisimo talento. Lástima que este desperdiciado en una película totalmente prescindible.

     Recientemente Guillermo del Toro ha anunciado que su nueva película como director será una clásica historia de fantasmas narrada desde un nuevo prisma. Quizás esté apoyando la decadencia del género para que su nueva obra brille más cuando se estrene