16 agosto 2013

ELYSIUM: EL DISTOPIADOR QUE LO DISTOPIECE…






Tras sorprender a todos con District 9, el director Neill Blomkamp se embarca en esta Elysium, una cinta futurista de acción y aventuras con tintes de denuncia social en la que narra cómo en un futuro cercano el planeta se colapsa debido a la superpoblación y las enfermedades dando lugar a que los ricos decidan trasladarse a la elitista Elysium, una estación espacial que orbita la Tierra y desde la que observan como el resto de la humanidad se consume en la miseria. Hasta que, claro está, surja el héroe que ponga fin a este nuevo apartheid. Gran punto de partida ¿verdad? Lástima que cayera en las manos equivocadas.

Porque Elysium resulta una tremenda decepción. Partiendo de una premisa interesante el director y guionista consigue no ya solo cargarse la credibilidad de ese pretexto sino sumir al espectador en un estado de vergüenza ajena constante mientras intenta decidir qué película está narrando, una aventura de ciencia ficción, un drama social de corte futurista, un blockbuster de acción. Al final tan solo queda un pastiche sin identidad dividido en tres actos claramente diferenciados: 1º introducción, 2º nudo y 3º desenlace pero que aquí denominaremos 1º suspensión de la credibilidad, 2º ¡Deja la cámara tranquila ya! y 3º ¿en serio?

En el primer acto, probablemente el mejor, nos sitúan en ese improbable futuro donde vemos una sociedad en decadencia bajo una suerte de férrea ley marcial ejecutada por el robótico brazo de la ley. Desde el principio sabemos que algo va mal ya que la situación a la que se abocó la humanidad y la construcción de un hábitat como Elysium son claramente incompatibles, menos aún en el margen de tiempo que marca el director. Pero consentimos porque el espectáculo no ha hecho más que comenzar y no es cuestión de ponerse tiquismiquis. La injusticia social, el drama humano es palpable, la desigualdad llevada a sus más extremas consecuencias en un ejercicio de denuncia social de baratillo con discurso político maniqueo, pobremente desarrollado y peor ejecutado. Cualquiera que sea rico es más malo que baladre, sin excepción, sin dobles lecturas, son malos de opereta. Cualquier pobre es, por definición, bueno. Pero volvemos a hacer de tripas corazón e intentamos disfrutar.

En el segundo acto nuestro protagonista da inicio a lo que yo denomino un “corre corre que te pillo” futurista que tan de moda pusieron cintas como Minority Report, Infiltrado o Paycheck, el héroe perseguido por todos. Tiroteos, persecuciones, un surtido de armas más propio de un videojuego y la presentación del villano, un personaje tan pasado de vueltas que se nota como un postizo de serie B en una película a la que no pertenece. Para este momento de la película ya estamos claramente mareados por el uso y abuso de la dichosa cámara al hombro con tendencia a la epilepsia y empezamos a plantearnos serias dudas sobre el destino del argumento que empieza a amenazarnos con meternos corazón a zapatazos. Pero lo mejor está por llegar.

El acto final comienza con un diálogo entre el personaje de Matt Damon y el de Wagner Moura que, sencillamente, debería entrar en el libro record de los diálogos más tontos y torpes de la historia (y que no desvelaré para no chafar la trama al incauto que se acerque a una sala de cine). El objetivo de este diálogo es cambiar la dinámica de la película para convertirla en otra (que veíamos venir de lejos). Una mil (millones) de veces vista. Pero ya no solo es que se adentre en ese sendero tan poco inspirado, es que lo hace de forma tan endiabladamente tosca y pueril que casi parece una obra de teatro infantil con dos niños contándose el argumento de otra película. A partir de aquí la locura. Todo lo que nos habían contado en la película se trastoca, se desdice, ya no vale o directamente se olvida en pos de un espectáculo mareante (que intuimos entre bamboleos de cámara y luces estroboscópicas) y la búsqueda a toda costa de un clímax emocionante que nunca llega. Los planes de los buenos son tontos. Los planes de los malos son aún más tontos. La confrontación no podía ser sino un delirio vergonzante que ponen un tópico, esperado y horrorosamente ejecutado punto final que nos hacen plantearnos si alguien había leído el guión antes de empezar a rodar.

Al final ¿qué nos queda? Una Jodie Foster lamentable con un papel ridículo del que poco puede rascar por mucho esfuerzo que le pusiera, que no se lo pone. Un Sharlto Copley jugando a ser el Lundreg de Johnny Mnemonic, el terrible y malvado villano que habría brillado en alguna honesta serie B pero que aquí es otro elemento que hace zozobrar la película. Un guión que hace agua por todas partes. Una fotografía ridículamente mareante. Una banda sonora (otra más) que juega a plagiar descaradamente al Batman de Zimmer de forma machacona e insistente. Un diseño artístico impactante construido a base de instantáneas de otras películas y de muchos videojuegos de éxito pero alterados lo justo para resultar peores (y es que el diseño del propio Elysium, tan impactante en un primer vistazo, se queda en nada cuando ves que ese hábitat espacial de alta no, altísima tecnología se ha urbanizado al más puro estilo Marina D’or, Órbita de vacaciones). Y, como siempre en estos casos, unos efectos especiales asombrosos al servicio de la nada más absoluta. Elysium no sabe a dónde va ni qué película quiere ser y al final lo único que consigue es tomar al espectador por tonto. 

Nota final: 4 mattdamons sobre 10

3 comentarios:

  1. Señor Menor, le confieso que he llegado a su blog arrastrado por el enganche malsano que tengo con el podcast en el que usted colabora. Solo quiero comentarle que hacen ustedes un trabajo extraordinariamente cojonudo y que me parto el orcate con los sus comentarios.
    "4 Mattdamons sobre 10" JAJAJA! Soberbio!

    Sin otro particular, le saluda:
    Miguel Ángel González.

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  2. Muchísimas gracias tanto por el feedback como por ese enganche malsano que nos da mucha vidilla. Espero leerle mucho por aquí. Y atento que el 22 de agosto grabamos nuevo programa cargadito de reseñas. Un saludo!

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  3. 0% de acuerdo con la critica. Elysium es una gran pelicula. No solo entretenida, sino que toca un tema politico y social bastante interesante, y comparable con el Capitalismo actual.

    Hemos visto pelis diferentes.

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